¿Cuál es la tarea ahora? // Was ist jetzt die Aufgabe?
¿Cuál es la tarea ahora?
Por: Noelia Ortega*
(Deutsche Fassung siehe unten)
A raíz del Golpe de Estado Legislativo en Perú, la ciudadanía decidió tomar las calles. Ha sido una semana nefasta pero necesaria. Nefasta porque perdimos a dos de nuestros hermanos. Inti Sotelo y Jack Pintado, dos jóvenes, ambos de familia inmigrante, que pusieron la garra por un país que no les dió mas que pobreza e indiferencia. Es la historia de muchos de nosotros y por eso nos duele en el alma. Nos faltan dos de nuestros hermanos.
Es necesaria porque nos ha permitido articular las fuerzas civiles por un solo objetivo: exigir que nuestras instituciones nos representen y dejen de velar por sus intereses económicos. Puede sonar tangible, pero en un país que estuvo dormido tanto tiempo por la secuela del enfrentamiento entre el terrorismo estatizado y el de grupos subversivos, es casi un desafío. Nosotros vivimos bajo la constitución de la dictadura fujimorista. Una carta magna que por todos lados nos han vendido como “democrática”, mientras lo único que hace es suprimir libertades, saquear nuestros recursos naturales y dar el terreno fértil a partidos políticos mafiosos para beneficiarse de las arcas estatales. Todo esto por 27 años. A todos los que han colaborado con este sistema infame les decimos: No nos callamos más, los vamos a sacar uno por uno. Sacamos un Congreso y un Presidente, y no vamos a descansar hasta eliminarlos de la vida pública.
Quiero trasladar a quién lea esto un poco de lo que han sido las jornadas de lucha de estos días. El uso desproporcionado de la fuerza policial avalada por un cargo presidencial usurpado ha sido brutal. Desde el primer día hemos resistido a su ola de miedo. Ellos nos querían ver retroceder, pero hemos llenado las plazas siendo más en número conforme pasaban las horas y los días. Nuestras madres y padres moviendo al barrio en cada cacerolazo mientras los hijos estábamos en pie de lucha en el Centro de Lima.
El martes ya se escuchaba la consigna de los jóvenes y era: “Nosotros somos nuestra propia prensa”. Es vergonzoso que los medios nacionales hayan esperado sangre para comenzar a cubrir lo que sucedía en las calles. Y hablo de cubrir con objetividad y sin estigmas, sin morbo ni tratar de imponernos tintes políticos ante la opinión pública. Siempre han estado al servicio del poder, listos para lavar las caras de políticos mafiosos y empresarios corruptos. Para ellos también dejamos un mensaje claro. No soportaremos su amarillismo nunca más. Nuestros aliados son la gente de medios independientes que nos acompañaron a la guerra, la gente de a pie que grababa en-vivos desde sus plataformas virtuales. Los que estuvimos codo a codo dejándolo todo en la calle, resistiendo y arriesgando la vida cubriendo el abuso policial.
Cada jornada ha sido mucho aprendizaje, hemos notado nuestras falencias, y nos hemos organizamos desde nuestras plataformas formando brigadas anti-lacrimógenas, de cruz roja y comisiones de seguridad. Comprando equipamiento de protección con el poco dinero que manejamos para sobrevivir a la pandemia, moviendo donaciones y aprendiendo las técnicas que nos trasladaban compañeros insurgentes de todo el mundo.
El día central, sábado 14, ha sido desbordante. Mientras la policía disparaba a quemarropa usando perdigones y canicas, a nuestros compañeros los sacábamos en camillas uno a uno. El sonido de las bombas en las cabezas y olor a muerte acechando. Son cosas que no olvidaremos jamás, experiencias que te marcan dolorosamente de por vida. Sin embargo, hemos visto la garra de las mujeres desactivadoras de bombas lacrimógenas, listas para tomar espacios de lucha que nos han sido históricamente negados. Hemos visto a nuestros médicos metiéndose en las zonas más álgidas de la protesta para sacar a los heridos. Hemos visto a nuestros compañeros del frente resistiendo con ollas y escudos improvisados, inamovibles como la tierra. El sentir está claro. Somos la generación que no se cansa ni tiene miedo, y no vamos a permitir que el gobierno silencie nuestras voces con sus estrategias violentas.
La pregunta es ¿cuál es la tarea ahora? Ahora que sabemos cómo el pueblo organizado puede lograr grandes e inimaginables cosas es el momento de ir por todo. Como dicen nuestros compañeros chilenos “Hasta que la dignidad se haga costumbre”. Toca organizarnos desde todos los flancos, educarnos porque esa es nuestra más grande arma y estar vigilantes a lo que se haga desde el poder estatal. Toca exigir justicia por nuestros hermanos asesinados, heridos y secuestrados, mientras ejercían el derecho a alzar su voz de protesta.
Ellos quieren vernos dormidos, pero PERÚ DESPERTÓ y no dejaremos nuestra casa en manos de los enemigos del pueblo. Estamos juntos estudiantes, trabajadores, feministas, barrios, comunidades andinas y amazónicas, periodistas independientes, barristas, artistas, psicólogos, abogados, médicos. Sudando la gota gorda, haciendo patria. ¡Ningún gobierno pesará más que la auto-organización colectiva!
Finalizo con el poema “Palabra de guerrillero” de Javier Heraud, que me abraza hermosamente y permite atizar el fuego interno para la tarea pendiente:
“Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.”
*Activista peruana y participe en las protestas.
*Las opiniones aquí presentadas no representan necesariamente la posición de la iniciativa.
Was ist jetzt die Aufgabe?
Von: Noelia Ortega*
Nach dem Staatsstreich in Peru beschlossen die Bürger, auf die Straße zu gehen. Es war eine schreckliche, aber notwendige Woche. Eine schreckliche Woche, weil wir zwei unserer Brüder verloren haben. Inti Sotelo und Jack Pintado, zwei junge Menschen, beide aus Einwandererfamilien, die an ein Land glaubten, das ihnen nichts als Armut und Strapaze bescherte. Es ist die Geschichte vieler von uns und deshalb schmerzt es uns in der Seele. Wir vermissen zwei unserer Brüder.
Sie war notwendig, weil sie es uns ermöglicht hat die zivilen Kräfte für ein einziges Ziel zu artikulieren: Von unseren Institutionen zu verlangen, dass sie uns vertreten und sich nicht mehr nur um ihre wirtschaftlichen Interessen kümmern. Es mag einfach klingen, aber in einem Land, das so lange wegen der Nachwirkungen der Konfrontation zwischen dem Staatsterrorismus und dem Terrorismus subversiver Gruppen geschlummert hat, ist es fast eine Herausforderung. Wir leben unter der Verfassung der Fujimori-Diktatur. Eine Verfassung, die uns überall als "demokratisch" verkauft wird, während sie nur Freiheiten unterdrückt, unsere natürlichen Ressourcen ausplündert und mafiaähnlichen politischen Parteien fruchtbaren Boden bietet, um von den Staatskassen zu profitieren. All dies seit 27 Jahren. Allen, die mit diesem berüchtigten System zusammengearbeitet haben, sagen wir: Wir werden nicht länger schweigen, wir werden sie einen nach dem anderen ausschalten. Wir schalten einen Kongress und einen Präsidenten aus, und wir werden nicht ruhen, bis wir sie aus dem öffentlichen Leben entfernt haben.
Ich möchte demjenigen, der dies liest, ein wenig davon vermitteln, wie die Tage des Kampfes in diesen Tagen verlaufen sind. Der unverhältnismäßige Einsatz von Polizeikräften unterstützt durch ein usurpiertes Präsidialamt ist brutal gewesen. Vom ersten Tag an haben wir seiner Welle der Angst widerstanden. Sie wollten, dass wir uns zurückziehen, aber wir haben die Plätze besetzt, die im Laufe der Stunden und Tage immer zahlreicher wurden. Unsere Mütter und Väter zogen mit Töpfen in die Nachbarschaft, während die Jungen auf den Beinen waren und in der Innenstadt von Lima für ihre Rechte kämpften.
Am Dienstag war der Slogan der Jugend zu hören: "Wir sind unsere eigene Presse.“ Es ist beschämend, dass die nationalen Medien erst nach dem Tod eines Demonstranten angefangen haben über Geschehnisse zu berichten. Und ich spreche davon, dass die Medien uns Objektiv, ohne Stigma und ohne politischen Unterton von den Geschehnissen berichten sollte. Sie standen immer im Dienst der Macht und waren bereit, die Gesichter von Mafia-Politikern und korrupten Geschäftsleuten zu waschen. Auch für sie hinterlassen wir eine klare Botschaft. Wir werden uns ihre Sensationsmache nicht länger gefallen lassen. Unsere Verbündeten sind die unabhängigen Medienleute, die uns in den Krieg begleitet haben, die einfachen Leute, die live mit ihren Geräten die Demonstrationen aufgezeichnet haben. Diejenigen von uns, die Seite an Seite standen, alles auf der Straße zurückließen, Widerstand leisteten und ihr Leben riskierten, um den Missbrauch durch die Polizei zu aufzudecken.
Jeden Tag haben wir eine Menge gelernt, wir haben unsere Irrtümer bemerkt und wir haben uns organisiert, indem wir Anti-Tränengasbrigaden, Rotkreuz- und Sicherheitskommissionen gebildet haben. Mit dem wenigen Geld das wir hatten, um die Pandemie zu überleben, Schutzausrüstung zu kaufen, Spenden zu bewegen und die Techniken zu erlernen, die uns von anderen Aufständischen aus der ganzen Welt übermittelt wurden, haben wir dies erreicht.
Der wichtigste Tag, Samstag der 14., war überwältigend. Während die Polizei aus nächster Nähe mit Schrot und Murmeln schoss, wurden unsere Kameraden nacheinander auf Bahren herausgebracht. Das Geräusch von Bomben ertönte in den Köpfen und der Geruch des Todes lauerte. Das sind Dinge, die wir nie vergessen werden, Erfahrungen, die Sie ein Leben lang schmerzhaft prägen. Wir haben jedoch Frauen gesehen, die Tränengasbomben entschärfen und bereit sind, Räume des Kampfes einzunehmen, die uns historisch verwehrt waren. Wir haben gesehen, wie unsere Ärzte in die schlimmsten Protestzonen gingen, um Verletzte herauszuholen. Wir haben gesehen, wie unsere Kameraden an der Front mit improvisierten Töpfen und Schilden, unbeweglich wie die Erde, Widerstand geleistet haben. Das Gefühl ist klar. Wir sind die Generation, die weder müde noch ängstlich ist und wir werden nicht zulassen, dass die Regierung mit ihren Gewaltstrategien unsere Stimme zum Schweigen bringt.
Die Frage ist, was ist nun unsere Aufgabe? Jetzt, da wir wissen, wie eine organisierte Bevölkerung Großes und Unvorstellbares erreichen kann, ist es an der Zeit, alles zu tun. Wie unsere chilenischen Genossen sagen: "Bis die Würde zur Gewohnheit wird.“ Es ist an der Zeit, uns von allen Seiten zu organisieren, uns zu erziehen, denn das ist unsere größte Waffe. Wachsam sein und hinterfragen was von der Staatsmacht getan wird. Es ist an der Zeit, Gerechtigkeit für unsere ermordeten, verwundeten und entführten Brüder und Schwestern zu fordern. Sie nutzen ihr Recht, ihre Stimme im Protest zu erheben.“
Sie wollen uns schlafen sehen, aber PERU ERWACHTE, und wir werden unser Haus nicht in die Hände der Feinde der Bevölkerung geben. Wir sind zusammen: Studenten, Arbeiter, Feministinnen, Nachbarschaften, Anden- und Amazonasgemeinden, unabhängige Journalisten, Anwälte, Künstler, Psychologen, Juristen und Ärzte. Wir werden hart arbeiten, um unsere Heimat zu verbessern. Keine Regierung wird stärker als die kollektive Selbstorganisation!
Ich schließe diesen Text mit dem Gedicht "Palabra de guerrillero" von Javier Heraud ab. Es umarmt mich und bereitet uns für die anstehende Aufgabe vor:
“Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.”
*Peruanische Aktivistin und Demonstrantin
*Die hier dargestellten Meinungen stellen nicht notwendigerweise die Position der Initiative dar.